La condición humana recreada por un artista con su propia sangre

Usar el cuerpo para comunicar a veces cruza los límites de lo permitido. El filósofo Maurice Merleau-Ponty siempre defendió la relevancia del cuerpo como la condición permanente de la experiencia y, fundamental para vivir y percibir el mundo. Entre sus teorías existe una en la que habla sobre la apreciación del cuerpo como obra de arte. Muchos artistas han experimentado con sus fluidos para crear sus obras, una corporalidad activa, como diría el filósofo, que no es susceptible a la fragmentación.

Nuestro cuerpo se convierte en obra y un medio de expresión y así, desde el arte moderno, muchos artistas comenzaron a experimentar con sus fluidos para crear arte. Artistas como Manzoni hicieron experimentos que causaban controversia con tan sólo mirarlos. Con el argumento de que la obra simplemente es arte porque la hace un artista, Piero Manzoni enlató sus excrementos y aseguraba que el precio era equivalente al del oro.

Más tarde, otros artistas comenzaron a causar revuelo por sus arriesgadas obras de arte. Entre los que destacan Andrés Serrano, el hombre que llenó un recipiente con orina y colocó un crucifijo adentro, el mismo que hace otras exposiciones con semen, heces, cadáveres y sangre. Andy Warhol también realizó una obra con fluidos, titulada Oxidations. Mujeres que usan su menstruación para pintar o sus lágrimas para hacer su arte son conocidas en el mundo del arte como parte de las propuestas femeninas para hacer algo distinto y hasta combinar el arte con la ciencia.
Estos artistas son famosos por los extraños medios para expresar su obra y por el significado que le dan a lo que otros desechan con naturalidad. Uno de ellos es el estadounidense Vincent Castiglia, quien hace sus obras con su propia sangre. Según sus declaraciones utiliza este medio para lograr conectar con su trabajo al más íntimo nivel. Pero este artista a diferencia de casi todos, ha recibido muy buena aceptación del público, puesto que, él asegura, es un trabajo mucho más íntimo, con un contenido sustancioso que no es controversial.

Sus pinturas monocromáticas se centran en examinar la vida, la muerte y la condición humana. Se considera un artista surreal pero a diferencia de aquellos que buscan hacer una introspección fantasiosa de los sueños como parte de su inspiración, Castiglia se centra en historias de vida alegóricas con arquetipos que nos demuestran la finitud de la existencia humana.

En cada cuadro, intenta realizar una simbiosis entre el nacimiento y la muerte. Mujeres embarazadas, niños pequeños y seres en descomposición marcan sus cuadros. Cada una contiene cristalizaciones de sus experiencias, libres de un carácter hermoso pero llenos de problemas mentales, de experiencias aterradoras, de profundas confrontaciones psicológicas.
Con cada obra, Vincent realiza un boceto y más tarde, extrae su sangre en su estudio privado. Con pinceles, da vida a sus imágenes, casi todas ellas surrealistas que muestran cuerpos mutilados, en descomposición, fundidos con la naturaleza, sobrenaturales y sombríos. Pero, aunque él asegura que lo que importa no es el medio, en realidad, es una parte fundamental de su obra. Seguramente serían muy pocos los medios que cubrirían a un artista que ofrece lo mismo que muchos, pero su sangre le da un toque polémico, crudo y aterrador, que sea de él hace aún más atemorizantes sus figuras y crea un espacio listo para una sangrienta exposición.
Castiglia asegura que cuando la sangre humana deja de hidratarse se convierte en óxido de hierro, un pigmento que se encuentra en pinturas tradicionales de manera natural. Como la sangre es considerada un tejido, los músculos y la piel que Castiglia crea están, literalmente, hechos de carne. Así, el realismo de sus obras no sólo es debido al detalle con el que las realiza sino por el medio con el que las crea.

H.R. Giger, ganador del premio Oscar por su Alien, lo invitó a exhibir en su Museo Galería y más tarde participó en el diseño de la cinta de horror slasher de MTV, “Savage County”. Sus pinturas se han exhibido en museos y galerías en todo el mundo, como The Mall Gallery en Inglaterra, The Museum Of Porn In Art en Suiza, el Museo de la Ciudad de México o la Sacred Gallery, por mencionar algunos.

 

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