Estos testimonios sobre el aborto que nos dan una gran lección
Según la Organización Mundial de la Salud, América Latina es la región del mundo donde se realizan más abortos. En Argentina, donde el aborto es ilegal, las complicaciones derivadas de los abortos clandestinos son las causas principales de mortalidad materna.
Se conocen diferentes opiniones sobre si el aborto debe o no ser legal, si es una cuestión ética, si es un derecho de la mujer, entre otras, pero la realidad es que el aborto existe más allá de las discusiones y hay un punto en el que una sola opinión debería importar: ninguna mujer tendría que poner en riesgo su vida a causa de la interrupción de un embarazo.
Exceptuando el aborto no punible y dada la ilegalidad del aborto fuera de este limitado marco, muchas mujeres deben recurrir a procedimientos inseguros para interrumpir un embarazo poniendo en riesgo su salud y su vida.
Hoy, más allá del gran esfuerzo de grupos feministas y profesionales que luchan incansablemente por el aborto legal, seguro y gratuito; el Estado y gran parte de la sociedad hacen oídos sordos a los reclamos, dando como resultado estadísticas terroríficas que nos hacen cuestionar si estamos afrontando el tema con la importancia que merece.
Hablamos con 2 mujeres sobre qué significa abortar en Argentina desde sus experiencias personales. Ambas mujeres optaron por mantener su identidad en secreto.
BF: ¿Cuál era el contexto de tu vida cuando quedaste embarazada?
P: Actualmente tengo 25 años y cuando quedé embarazada tenía 16, el contexto de mi vida era el de una adolescente sin mayores preocupaciones. Iba al secundario y practicaba hockey, vivía con mi mamá y claramente estaba muy enamorada. Los amores adolescentes son algo así como la muerte, bien dramáticos.
Mi novio de ese entonces tenía un año más que yo, éramos del mismo colegio. Además de cumplir con nuestras obligaciones hacíamos lo imposible para vernos. Solíamos cuidarnos con preservativos pero también caíamos en el descuido de no tener y terminábamos teniendo sexo sin protección.
R: Hoy tengo 35 años y tenía solo 22 cuando entendí lo valiosa que era mi vida. En una etapa en la que se supone que todo joven debería estar planificando su futuro, estudiando o incluso recibiéndose; en cambio yo ya era madre.Tenía una bella hija de 4 años y toda una vida por delante.
Pero la desventaja de la juventud es creer que nos llevamos el mundo por delante, que el universo entero es nuestro y que nada malo nos pasará. Fue en esa época de sueños, proyectos y deseos alborotados que quedé embarazada nuevamente.
BF: ¿Cuáles fueron las razones por las que decidiste abortar?
P: Recuerdo que no me venía el periodo y rápidamente hicimos un Evatest, así confirmamos que estaba embarazada. No voy a negar que sentí una ambigüedad… sabía que no quería tener un hijo, pero también estaba convencida de que estaba embarazada de quien para mí en ese momento era el gran amor de mi vida. Lo hablamos y por más que doliera no estábamos en condiciones de afrontar tal situación.
R: Cuando me entere que estaba embarazada sentí mucho temor, temor a lo que dirían los que más esperaban de mí. En ese momento sentí que el marco de la situación no era el correcto, ni tampoco las circunstancias y de un modo hasta inconsciente salí a buscar ayuda.
BF: ¿Quién te acompañó en el proceso y dónde buscaste información al respecto?
P: Fue todo bastante traumático, porque si bien había cierta información disponible, no existía la oportunidad de buscar todo en detalle en internet. Así que contamos con la información de gente más grande que había pasado por la misma situación.
R: Me apoye en supuestos conocidos, amigos, madres de amigos y en el padre del bebe. Todos y unánimemente coincidían en que lo mejor era interrumpir esta situación y como si un “tribunal superior” lo determinara, cerre mi decisión.
BF: ¿Qué método de aborto elegiste y cómo fue la experiencia?
P: Él se ocupó de buscar información, logró comprar las Oxaprost sin receta y una mañana faltamos al colegio y nos quedamos en mi casa. Tome 4 pastillas y me introduje otras 4 pastillas. Recuerdo que sentí náuseas y tal vez algo de mareo, luego de 6 u 8 hs sentí dolor de panza y malestar, fui al baño y había sucedido.
Ese fue un momento horrible, de llanto y al mismo tiempo alivio, pero ese alivio estaba teñido de dolor. Me sentí contenida por algunas amigas que sabían lo que estaba pasando y mi novio. Mi familia no supo nada al respecto.
R: Acompañada por una amiga fui a una antigua casona del barrio de Ramos Mejia. Elegí ese lugar por el consejo de conocidos que decían: - En ese lugar todavía no murió nadie. Como si eso le diera sello de garantía alguna.
Me atendieron de modo frío y distante, antes de que terminara de decir mi numero de DNI ya me había retirado de este plano. La mente se pone en blanco, morís por algún tiempo y jamas tendrás conciencia de lo sucedido en ese momento. Mi siguiente recuerdo llega entre gritos, corridas y algunos sopapos que sonaban a la voz de: - Dale nena, no me hagas esto.
Abrí los ojos y ví caras de alivio de totales desconocidos. Me abrazaban y agradecían a ese supuesto Dios aparte que ellos me atribuían. A las pocas horas me invitaron a retirarme, mientras repetían: - Todo salió bien.
Me pregunté: ¿Qué es “bien”? Me fui vacía de un montón de cosas, pero más vacía me fui de mí. Ese día salí del lugar muy angustiada y entendiendo que cuando la vida y la muerte luchan dentro de un mismo cuarto, ambas siempre pierden.
BF: ¿Cuál es tu sensación hoy, tiempo después y qué consejo le darías a una mujer que está pasando por lo mismo?
P: Hoy después de mi episodio puedo decir que yo sufrí mucho. Me encontré sola con mi novio sin tener mayor información, tal vez pude haber muerto.
Creo que es necesario que se despenalice, porque el aborto es un hecho social. Sucede y más de lo que uno imagina. El Estado debe poder contener esta situación aunque lo veo poco posible en el inmediato plazo, no solo por el tipo de gobierno, sino porque vivimos en una sociedad católica que ahora con el furor Papista se rasgan las vestiduras en nombre de Dios. Hace unos años considero que estábamos más cerca, ahora habrá que militar más la causa, habrá que concientizar, no solo con la prevención, sino con todo lo que hace a la salud sexual.
Mi consejo para una mujer que está pasando por una situación similar es: buscar ayuda en mujeres que hayan pasado por lo mismo, hoy hay disponible una batería de recursos, desde guías de procedimiento, páginas dedicadas a orientar a la mujer que va a interrumpir el embarazo, hasta la pastilla del día después.
R: Después de mi experiencia y con el pasar de los años, noto que como sociedad hemos naturalizado la cantidad de mujeres que mueren a diario por esta causa en el país.
Al estado le pido leyes que regularicen estas actividades…que protejan, contengan y acompañen a la mujer en situaciones semejantes. Respetando siempre la decisión que cada una tenga sobre su cuerpo.
Esto dará un manto de luz a tan clandestina actividad…generalmente puesta en manos de chantas o inexpertos.
La Organización Mundial de la Salud define como aborto inseguro “un procedimiento para finalizar un embarazo no planeado que realizan personas que carecen del entrenamiento necesario o que se lleva a cabo en un ambiente donde se carece de un estándar sanitario mínimo o ambos”. Por el contrario, cuando el aborto es llevado a cabo por profesionales de la salud capacitados con equipo apropiado, una técnica adecuada y estándares sanitarios, es uno de los procedimientos médicos de menor riesgo.
Agradecemos el aporte de la profesional María Felicitas Moris – Licenciada en trabajo social- quien puso a nuestra disposición su investigación de aborto no punible y los testimonios de las personas a las cuales se les ha preservado la identidad.
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