Campo, un laberinto sin fin entre espejos
Se ha dicho de los espejos que son símbolo de la imaginación o de la conciencia, pues reproducen los reflejos del mundo visible en su realidad formal. Algunos filósofos los han relacionado con el pensamiento, ya que el reflejo es el vehículo mental en el que se produce la autocontemplación y el Universo “comprensible”.
Cuando los espejos se colocan estratégicamente para reflejarse una y otra vez, crean la sensación de estar en el “infinito del mundo” y así hacen experimentar la idea de realidades paralelas como algo que no termina y está en constante expansión.
Sobre el Hyde Park en Sydney, se instaló Campo, 81 espejos en un plano de 25 metros cuadrados para crear un juego constante con el contexto del espacio urbano. Esta instalación es uno de los proyectos que se presentó durante el Festival de Arte de Sydney, un evento colaborativo en el que cada calle, callejón y construcción de la ciudad se convierte en un lienzo y espacio para la creación artística.
Gracias al reflejo de los espejos, Campo se convierte en un laberinto infinito que produce un cambio en la realidad del paso recurrente de los visitantes.
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